Aunque lejos de ser un faro del capitalismo, Bolivia tiene mercados que funcionan en cierto modo, a diferencia de la vecina Venezuela.
Venezuela es un desastre; Este es un hecho indiscutible. Cuando la gente se come a sus mascotas para evitar morir de hambre, algo ha salido terriblemente mal. Y si bien este tipo de horror es típico de los regímenes socialistas que niegan la santidad del individuo, todavía hay muchos defensores del socialismo que pretenden que Venezuela es un caso atípico en lugar de un excelente ejemplo.
Y para descartar la abrumadora evidencia de que el socialismo conduce en última instancia a la catástrofe, los apologistas también recurren a regímenes socialistas aparentemente “exitosos” para citar.
El ejemplo más reciente de esto proviene de Bolivia, que ha disfrutado de un crecimiento económico en los últimos años. El país está gobernado por el autoproclamado presidente socialista, Evo Morales. Morales está tan dedicado a esta filosofía que, al reunirse con el Papa hace unos años, le regaló un “crucifijo comunista”, donde se representa a Cristo en una cruz adornada con una hoz y un martillo.
Pero dado que la economía de Bolivia ha experimentado una tasa de crecimiento del 3,8 por ciento durante el último año, muchos socialistas ven esto como una prueba irrefutable de que el socialismo puede funcionar y que Venezuela es simplemente el resultado de la mala gestión y la irresponsabilidad fiscal por parte de Maduro.
Sin embargo, hay mucho más en esta historia de lo que parece. Cuando miramos más de cerca este supuesto faro del socialismo, encontramos que gran parte de la razón por la que ha podido tener éxito es porque el presidente Morales ha permitido que existan diversos grados de capitalismo en la economía boliviana. Y debido a estos elementos del mercado, a Bolivia le va mucho mejor que a la Venezuela de Maduro.
Cuando miramos la economía de Bolivia, es muy importante comprender primero los factores que están causando su auge económico. En primer lugar, el gas natural desempeña un papel enorme en su economía y representa el 45 por ciento de sus exportaciones. Y aunque este recurso esté nacionalizado, eso no significa que el Estado tenga el control total. En el caso de Bolivia, el Estado puede compartir las ganancias de las empresas privadas en lugar de controlar directamente los medios de producción. Y si bien esto no es en absoluto una política de libre mercado, es menos socialista que las prácticas de la economía venezolana, una distinción que importa mucho.
Sin duda, Bolivia ha sido mejor en la gestión de sus recursos que Venezuela. Si bien esto último ha servido como advertencia sobre lo que puede suceder si los recursos naturales se administran mal cuando los precios de los recursos caen, el gobierno de Bolivia parece ser más responsable fiscalmente que el de Maduro. De hecho, Bolivia ha reducido drásticamente su deuda en los últimos años y ha mantenido bajas las tasas de inflación, colocándola en una mejor situación que Venezuela. Pero nuevamente, hay más en la historia.
Pero, sin duda, esta afirmación es sencillamente falsa. Bolivia no es tan “militante” como Venezuela cuando se trata de hacer cumplir las políticas socialistas. Por el contrario, la única razón por la que Bolivia ha podido prosperar en los últimos años es que ha incorporado elementos de una economía de libre mercado. Esto, en efecto, hace que el grado de socialismo realmente practicado en Bolivia sea mucho menor que el de Venezuela.